domingo, 1 de septiembre de 2019

EvaTIC and the City


EvaTIC and City

                 the 


Al inicio, esto empezó como una misión "muy posible" de realizar. 
Hoy las reflexiones que me surgen son muchas, variadas, ricas y por ello, las presentaré a modo de TICReporter.

Debo decirle al profesor Marquina ( va con spoiler) que fue mucho más exitosa nuestra convocatoria que la de boom, boom, ciao, definitivamente y como nos dijo nuestra tutora Sandra... se viene le glamourado! y se vino nomás...

Debo decir que esta misión, en mi rol "Capital", me permitió...

1. Empoderarme con confianza de posibilidades y oportunidades para evaluar y ser evaluada.

Cambiar la perspectiva de la evaluación, la vuelve una aliada indispensable en el proceso de enseñanza  y aprendizaje. Sirve, claro que sí, siempre que acompañe mis prácticas en auténtica mediación y ayude a mis estudiantes a seguir aprendiendo siendo plenamente conscientes de ello.

2. Alcanzar nuevos y mejores aprendizajes con relación a criterios, instrumentos y formatos de evaluación.

Anijovich nos enseno a pensar en la importancia de visibilizar y transparentar los criterios de evaluación, es de justicia que todos sepamos en qué nos evalúan y desde dónde.

3. Entender de qué se trata esto de evaluar y evaluarme como un proceso de crecimiento y reorientación de procesos y prácticas educativas.

Quedó claro que la evaluación es autoevaluación, es coevaluación, es heteroevaluación; un proceso que se multiplica en direcciones, siempre con la visión de mejorar aquello de lo que se es capaz.

4. Definir con claridad qué, para qué, quién, cómo y con qué  y por qué evaluar.

Es necesario poner en tensión todos los componentes de la evaluación para que el proceso sea justo, legítimo e inclusivo.

5. Escuchar voces expertas que te explican y fundamentan  las bases de un proceso rico como complejo.

Se vuelve imprescindible conocer, saber, informarse y actualizarse para pensar y repensar la instancia como una de las más importantes de la educación formal.

6. Entender que evaluar con TIC nos permite dinamizar el proceso, transparentar y consensuar procedimientos, pero también jugar  y divertirnos.

En la medida que todos nos involucremos, disminuimos la presión de la instancia y el juego es un forma de quitarle el peso solemne que históricamente tuvo desde la mirada acreditativa.

7. Pensar en la evaluación como instancia que acompana distintos momentos: el diagnóstico, el formativo y el sumativo.

Sirve para mirarnos a lo largo de todo el proceso, acompañando lo que haga falta para crecer en aprendizajes.

8. Entender que la evaluación es del aprendizaje, para el aprendizaje, como aprendizaje, desde el aprendizaje.

La multidireccionalidad de la evaluación nos lleva, al decir de Barberá, a transitarla en todas sus facetas.

9. Considerar que la retroalimentación es una parte esencial del proceso evaluativo, un derecho inclaudicable de quién es evaluado, un deber de quién evalúa.

Instancia vital para mediar el proceso de forma clara, ética y responsable.

10. Pensar en preguntas sencillas, de comprensión, genuinas, de metacognición.

Saber que quiero obtener de mis estudiantes desde esta instancia evaluadora, me pone en situación de pensar que el cómo se pregunta es importante y vital para alcanzar ciertos logros.

Para acceder al formulario de Google Drive y apreciar la prueba diseñada, hacer clic aquí 

Ha sido un enorme placer compartir, aprender, disfrutar de una experiencia inolvidable, va mi especial agradecimiento a las InteracTICvas: Viviana Michelan y María Rearte, a la tutora Sandra Orsini y  a las creadoras de esta misión...las marinas... Chrabalowski y Ficcardi.

Hasta una nueva aventura.


martes, 27 de agosto de 2019

Jugar y aprender

Jugar y aprender...
Una cuestión de tiempo

       Si pudiéramos mantener a lo largo de toda la vida, la misma frescura de la infancia, la vida sería un juego eterno. Son los niños los que juegan, crean, imaginan, se ríen, se divierten, completando su universo con todo esto.

¿Qué cosas relacionadas con crecer nos hacen perder la posibilidad de seguir jugando?

       Sin dudas, la respuesta a esta pregunta no es fácil de encontrar, ni siquiera considero que haya una única respuesta posible.

       Preguntarles a los adultos, es buscar razones, quizá demasiado intelectuales, demasiado lógicas o racionales: la vida que cambia, las mayores responsabilidades, los achaques, los problemas económicos, por mencionar algunas... quizá válidas... pero no suficientes.

       Según éstas razones, los chicos, libres de responsabilidades, sólo pensarían en jugar. ¿Será cierto? ¿Será que hay algo misterioso en ellos que muchos perdemos con los años? ¿Será qué no lo perdemos, y en realidad está dormido, encorsetado, reprimido o deprimido?

      No lo sé...pero me gustaría encontrar alguna posible respuesta dentro mío.

       Deteniéndome entonces es que pensé: ¿cuántas veces los adultos-docentes no advertimos esa capacidad lúdica en nuestros estudiantes? Los llevamos muchas veces, sin intención, a experimentar la clase como un momento de extrema seriedad, un espacio donde sólo es posible que crezca la responsabilidad, el conocimiento, la formalidad y lo hacemos con un tono de absoluta solemnidad, como si ello garantizase un mejor aprendizaje. En una clase así, el humor es un visitante poco frecuente, la risa es sinónimo de desorden y el juego, es sólo para el recreo.


      Hoy me permití experimentar algo distinto y, concediéndome el permiso,  quizá encuentre un par de respuestas en la concesión... y los invité a ellos a hacer lo mismo que yo: Jugar, jugar en clases, jugar y aprender.

      Los resultados, no, no los pondré en palabras... el siguiente video hablará por mí:





        La experiencia fue rica, no sólo desde lo cognitivo, sino desde el componente emocional, desde los necesarios vínculos de empatía que hace falta construir en el aula para que la enseñanza siga siendo vocación y el aprendizaje, desarrollo y promoción humana.

       Los chicos se expresaron, respondieron a un formulario, en ese mismo momento, presos aún de la euforia del juego, no pudiendo quedarse quietos y pidiendo bis. Como no todos lo pudieron resolver por inconvenientes tecnológicos ( datos o conectividad) esta encuesta remite sólo a una muestra. 

       Para acceder a la analítica de la encuesta en Formularios Drive, debes hacer clic aquí

 Algunas interesantes conclusiones obtenidas de la encuesta:

  •  Fue una experiencia muy entretenida. 
  • Lo que más impactó de la experiencia fue la competencia con los compañeros. 
  • Las ventajas: aprendes entre amigos, aprendes divirtiéndote. 
  • Las desventajas: no todos tienen paquete de datos y si no hay internet en la escuela no se puede jugar, no siempre es el reflejo de lo que sabes sino de lo que aciertas y el poco tiempo te permite. 
  • Que aprendieron de nuevo: a leer con más atención la consigna y a reforzar los conocimientos. 


¡Te invito a jugar! ¿querés?

viernes, 23 de agosto de 2019

Y... si no evalúo más... ¿qué pasaría?


No evalúo más, y hoy digo: ¡basta!

Me prohíbo evaluar como...




  • Tediosa obligación institucional.
  • Expresión de poder en el aula.
  • Instancia de control de los estudiantes.
  • Mecanismo de selección.
  • Modo de dominación de la clase.
  • Manifestación de superioridad del docente.
  • Monopolio de la información.
  • Forma de castigo.


A partir de hoy prefiero pensar: ¿qué pasaría si no evalúo más así?

Seguramente cambiaría la perspectiva, dejaría de mirar la evaluación como respuesta y la empezaría a mirar como pregunta. Volvería a ponerme en movimiento...

Preguntar: ¿Para qué?           
para:


1. Precisar una definición distinta de         la  evaluación.      
¿qué es evaluar?
2. Definir el sentido de la evaluación. 
 ¿para qué evaluar?
3. Identificar los momentos para la evaluación.
 ¿cuándo evaluar?
4. Diseñar los instrumentos de la evaluación.
 ¿cómo y con qué evaluar?
5. Considerar quién promueve la evaluación.
  ¿quiénes evaluamos?
 6. Reconsiderar el contenido de la evaluación.                                         ¿qué queremos y/o necesitamos evaluar?
7.Resolver que se hace con la información obtenida.                                           ¿qué se hace con lo obtenido al                                                                       evaluar?

De los para, pasamos a los quizá sí... 
¿qué pasaría si empiezo a evaluar así?

1. La evaluación como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje, camino y destino, ejercicio que facilite el acompañamiento y promoción, que sea instancia de oportunidades (Rebeca Anijovich)


2. La evaluación como termómetro de los procesos de enseñanza y aprendizaje, que nos permita favorecer/nos, observar/nos, intervenir/nos, ajustar/nos, mediar/nos, fortalecer/nos, comparar/nos, acreditar/nos.

3. La evaluación como parte indisoluble de un todo, al inicio, durante, al final, de diagnóstico, de proceso, de resultado, formativa y sumativa.

4. La evaluación como el ejercicio que trasciende al instrumento pero, se vale de él/ellos para hacerse presente, para ponerse en movimiento. Instrumentos que superan el formato prueba, la estructura y el relevamiento del dato; la hoja de papel, los 80 minutos de la clase presencial. Instrumentos que se valen de las tecnologías digitales, que se resuelven en otros espacios, en otros tiempos, que se dotan de ubicuidad, de creatividad, de innovación, que visibilizan criterios, que resultan de acuerdos previos, que involucran en su diseño a quienes son parte de éstos.

5. La evaluación como coevaluación, evaluación entre pares, como espejo en el que nos miramos todos, siempre, en varios momentos y cuyos resultados nos hablen de....

6. La evaluación de capacidades, de procedimientos, de saberes. Una instancia/muchas instancias que capten: como se acuerda, como se resuelve/ como se produce/como se socializa el conocimiento. La evaluación como una construcción social y situada. Una evaluación como supo decir el filósofo Philippe Meirieu: "evaluación como obra maestra".

7. La evaluación como metacognición, que nos ayude a pensarnos, a reflexionar sobre lo hecho y deshecho, sobre los cambios y las permanencias, sobre las debilidades y fortalezas. La evaluación en prospectiva.

Cómo llevar a la práctica esta nueva mirada:
Haciendo foco en:

a. El sentido de la educación.
b. La centralidad de la enseñanza.
c. La importancia de la mediación pedagógica.
d. El valor de persona antes que del resultado.
e. El significado de saber, transparentar, justificar.
f.  El peso de la justicia y la equidad.
g. La incidencia de las biografías personales.
h. La necesidad de la capacitación constante.
i.  La magia de infundir confianza y seguridad.

Dice Santos Guerra, M. A. (2017) En: Evaluar con el corazón, de los ríos de las teorías al mar de las prácticas.
"... será imposible convertir a la evaluación en un proceso de mejora, si no hay ninguna interpelación a la elaboración del curriculum (...) y por que además hay muchas emociones y sentimientos puestos en la evaluación (...) la práctica estará condenada a la rutina".


Adelante... empecemos por mirarnos.
         



lunes, 5 de agosto de 2019

Evaluación en ambientes Digitales




La evaluación en ambientes digitales como oportunidad





                                                La evaluación es siempre una oportunidad. Cuando la pensamos, cuando la planificamos y la diseñamos, también en el momento en que se produce, con nuestras mediaciones y las interacciones con los estudiantes. No menos importante es cuando se intenta obtener de ella una devolución y establecer un parámetro de corrección. Pero en especial, es una oportunidad si reflexionamos a cerca de todo su proceso. 

                                                    La metacognición que el acto de evaluar permite es la oportunidad única y más preciada que como docentes tenemos, ¿qué hacer entonces? APROVECHARLA....!!!

                                                          En términos de aprovechamiento, la idea fue tomando forma a partir de las lecturas del curso EVAD, de la interacción con las compañeras de grupo y de un proceso de relevamiento de datos en una encuesta de diseño grupal, que se le realizó a veinte profesores de distintas áreas del saber.

                                                      Pero antes, de mostrar los resultados del proceso colaborativo, una pequeña reflexión personal a partir de algunos interrogantes...


¿Cómo es la evaluación que realizan con sus estudiantes? 

Una evaluación que combina el enfoque conductista con el enfoque constructivista, que necesariamente busca establecer criterios para la calificación, que se ve obligada a respetar una escala asignada por el sistema educativo para acreditar o certificar saberes que permitan la promoción del estudiante. Que se halla interpelada por tiempos escolares y cantidad de notas que presentar a fin de certificar los aprendizajes. A la vez, busca facilitar al estudiante la construcción del saber, permitir que en la misma sea un momento de aprendizaje, tal como los otros a lo largo del ciclo escolar. Una evaluación que pretende al incorporar las TIC en su proceso romper con el viejo paradigma de la evaluación escrita en papel y semiestructurada.

Sin embargo, a la vez busca construir otros derroteros, pretende dar centralidad al aprendizaje y construcción del saber por parte del estudiante, busca superar el tradicional formato de la didáctica clásica como el instrumento válido de relevamiento de datos. Una instancia que se anima a la construcción colaborativa, a la interacción, a la resolución de problemas o diseño de proyectos.


¿En qué enfoque se encuentran posicionados con el uso de las TIC para la evaluación? 

Dada la presencia de las tecnologías digitales  y la virtualidad en el sistema escolar,  se instala la magnífica oportunidad de incluir en términos genuinos y no sólo efectivos, al decir de Mariana Maggio (2012), las TIC como territorio desde donde construir la instancia evaluativa. Recursos digitales, aplicaciones, programas ofimáticos, rúbricas digitales y entornos EVEA, se vuelven insumos desde donde instalar la idea de dar cuenta de los procesos evaluativos.

¿Qué cambiarían a partir de lo trabajado en el módulo 1?

Básicamente el cambio es de enfoque, aprender que otras miradas, fundadas en lo pedagógico, metodológico y didáctico  facilita el proceso de ver desde otras perspectivas el tema de la evaluación. Uno de los enfoques más interesantes, en lo personal, se vincula a aquel que nos ofrece Barberá y fue hilo conductor a lo largo del trabajo grupal, una verdadera misión que realizar para el éxito de la empresa. Evaluar el aprendizaje, desde el aprendizaje, como aprendizaje y para el aprendizaje.

¿Cómo evalúan su experiencia de trabajo en grupo? Colaboración. Aportes. Actitud frente a la actividad (activa, pasiva, indiferente, etc.).

La experiencia fue rica, variada e intensa. Implicó construir consensos, ofrecer generosamente de los propios tiempos para ayudar a otros en la construcción de los saberes a compartir, vincularnos desde el saber y desde lo que no se sabía. El aprendizaje de lo colaborativo, jamás involucra, a mi entender, solo conocimientos, sino procedimientos y principalmente actitudes: apertura, flexibilidad, creatividad, entre otras.
Agradezco a mis compañeras.... las InteracTICvas: @Viviana MICHELAN, @María REARTE Y @Graciela DIEZ, por compartir sus conocimientos, ideas y expectativas para este primer desafío.



                                          Por todo lo dicho, sumado a la experiencia vivida, les comparto el doc colaborativo donde aparece el análisis de los resultados de la encuesta a docentes, a partir de dos criterios: ¿qué saben los docentes de evaluación? y ¿qué deberían saber?
sumado a un decálogo que permite reforzar los tópicos más importantes a considerar en el proceso de la evaluación.

 Para acceder a dicho análisis, hacer clic en el siguiente enlace